El Premio Nobel de Medicina 2015 ha sido otorgado a tres expertos en enfermedades parasitarias de países pobres que han influido en la salud de más de 3400 millones de personas. La Dra. Youyou Tu (1930), China, ha recibido la mitad del premio por su tratamiento contra la malaria basado en la artemisina. Los Dres. William C. Campbell (1930), irlandés afincado en EEUU, y Satoshi Ōmura (1935), Japón, han recibido sendas cuartas partes por sus terapias contra infecciones causadas por nemátodos parásitos. Mucha gente les debe su salud y calidad de vida, por ello el premio es muy merecido.
Me alegra mucho que la Dra. Tu haya recibido la mitad del premio. Como sabes, predije que este año sería el de los premios científicos a mujeres. Hoy empieza bien. Más información sobre el premio en el Anuncio Oficial, la Nota de Prensa, la Información Avanzada. Por cierto, la historia del descubrimiento de la Dra. Tu (el Proyecto 523 del Gobierno Chino en plena guerra del Vietnam) es realmente apasionante, como nos contaba David Sucunza Sáenz, “Artemisina, el inesperado regalo de Mao,” Jot Down, 31 Ago 2013. William Campbell, ha sido investigador de una farmacéutica (Merck) durante toda su vida profesional, y Satoshi Omura y Youyou Tu son resultado del éxito de la búsqueda de nuevos fármacos entres los principios activos de productos naturales, microorganismos y plantas medicinales, como nos recuerda Javi Burgos @Javisburgos en Twitter.
En español hay muchas fuentes: “El Nobel de Medicina premia nuevos hallazgos en malaria y otras infecciones parasitarias,” Agencia SINC, 05 Oct 2015; Antonio Martínez Ron, “Nobel de Medicina 2015 a la lucha contra las enfermedades parasitarias,” Next, Voz Pópuli, 05 Oct 2015; Isabel F. Lantigua, “Los cuidadores de los pobres,” Salud, El Mundo, 05 Oct 2015; Nuño Domínguez, “El Nobel de Medicina premia terapias contra la malaria y otros parásitos,” Materia, El País, 05 Oct 2015; y muchos más.
La malaria es una enfermedad contagiosa producida por un parásito unicelular llamado Plasmodium (hay cinco especies siendo el más mortífero el P. falciparum). Documentada en Egipto y en China hace más de cuatro mil años, está enfermedad es transmitida por las hembras de los mosquitos del género Anopheles (el británico Ronald Ross recibió el Premio Nobel de Medicina en 1902 por descubrir este vector). Según la OMS en 2014 hay ~3400 millones de personas con riesgo de infección en el mundo; en 2013 se contabilizaron unos 198 millones de casos de malaria en el mundo que acabaron con la muerte de unas 584.000 personas (~90% de ellas en África y ~78% en niños de menos de 5 años).
Para evitar el contagio de la enfermedad se propuso usar DDT para luchar contra su vector, lo que llevó a que el suizo Paul Herman Müller recibiera el Premio Nobel de Medicina en 1948. Por desgracia los mosquitos desarrollaron resistencia contra el DDT y este insecticida fue prohibido por su impacto en el medio ambiente. El resultado fue un incremento de los casos de malaria en el mundo en la década de los 1960. La Dra. Tu, experta en medicina tradicional china, lideró el grupo de investigación que descubrió un fármaco llamado artemisina que se podía extraer de la planta Artemisia annua. Este descubrimiento fue inspirado por textos de medicina tradicional china del siglo IV de nuestra era (una receta de Ge Hong para usar jugo de Artemisia contra la malaria).
El francés Charles Laveran recibió el Premio Nobel de Medicina en 1907 por descubrir parásitos en los glóbulos rojos de los pacientes con malaria y proponer el uso de la quinina para luchar contra dichos parásitos. Sin embargo, la gran revolución en el tratamiento de esta enfermedad llegó gracias a la artemisina, que ha reducido de manera drástica la mortalidad por malaria en todo el mundo. In vitro sus resultados son espectaculares (mata al 100% de los parásitos). Aunque todavía no se conoce en detalle el mecanismo de acción de este principio activo, se cree que intervienen las 13 proteínas de Kelch (mutaciones en estas proteínas protegen de la artemisina a los parásitos). Gracias a la artemisina y otros fármacos similares se ha reducido la incidencia de la malaria en un 47% entre 2000 y 2013, y en un 54% en África.
El trabajo de los otros dos premiados se centra en enfermedades cuya causa son nemátodos parásitos. Por un lado, la ‘ceguera de los ríos’ (oncocercosis) una enfermedad parasitaria crónica causada por el nemátodo Onchocerca volvulus y transmitida por varias especies de moscas ha llegado a ser la segunda causa más importante de ceguera en el mundo. Y por otro lado, la filariasis linfática, más conocida como elefantiasis, una enfermedad tropical producida por la transmisión de unos parásitos denominados filarias a través de los mosquitos.
Para el tratamiento de este tipo de enfermedades asociadas a los países pobres el japonés Satoshi Ōmura buscó sustancias bioactivas en muestras del suelo y aisló un nuevo microorganismo llamado Streptomyces avermitilis con una fuerte actividad antiparasitaria. El principio activo responsable, la avermectina, fue identificado y caracterizado por William C. Campbell. Hoy en día se usa un derivado llamado ivermectina en el tratamiento de la ‘ceguera de los ríos’ y de la elefantiasis. En cierto sentido estos trabajos continúan la saga iniciada por Alexander Fleming con el descubrimiento de la penicilina en un hongo y de Ernst Chain y Howard Flory que aisló su principio activo (los tres recibieron un tercio del Premio Nobel de Medicina de 1945).
El trabajo de Campbell para la empresa Merck (en el Merck Shape and Dome Research Laboratories, MDRL) se inició tras un encuentro con Ōmura. Los trabajos se orientaron a hacia una modificación química de la arvemectina llamada ivermectina, con un efecto antiparasitario mucho más eficaz. Las primeras pruebas en humanos datan de 1977. Aunque los detalles del modo de acción de la ivermectina todavía no se conocen, se cree que inhibe a los receptores del glutamato y de GABA en los canales iónicos de cloro de las células nerviosas. Esta inhibición favorece la permeabilidad de las membranas celulares a los iones de cloro lo que resulta en una hiperpolarización de la célula que da lugar a una parálisis muscular en el nemátodo y a la muerte del parásito.
Hoy en día, la ivermectina es un tratamiento de gran eficacia que han recibido más de 200 millones de personas gracias a las iniciativas de colaboración entre la OMS y la farmacéutica Merck. Los descubrimientos de la avermectina y de la artemisina han revolucionado el tratamiento de las enfermedades parasitarias que afectan sobre todo a los países más pobres. Los descubrimientos de los premiados con el Nobel de Medicina de 2015 han tenido un enorme impacto en la salud a nivel global y sus beneficios para toda la humanidad son inconmesurables.
La entrada Premio Nobel de Medicina 2015: Campbell, Omura y Tu por ayudar a la salud de los países pobres fue escrita en La Ciencia de la Mula Francis.